Salinas "viejo". Las historias de la Historia.
La importancia del mantenimiento de la Casa altoaragonesa ha sido ya explicada en
multitud de publicaciones. No obstante,
encuentro una bonita historia en “nuestra” zona pardinera que muestra los
extremos de lo que estamos hablando; con motivo de una reclamación “de recobro
de maravedíes” que presentó José Lasaosa, vecino de Salinas, contra tres
hermanos jacetanos, Andrés, José y Lorenzo Torres.
Rebuscando entre la documentación entresacamos datos del porqué de esta
reclamación. Y para ello comenzamos relatando
que Fray Pedro de los Dolores, carmelita descalzo y regente por aquel entonces de
la Parroquial
de Salinas, en el marco de esta reclamación certificaba por escrito que el 25
de enero de 1779 se celebraron en el pueblo dos bodas.
Iglesia de Salinas, donde tuvieron lugar las bodas
En aquel festejo, dos primos hermanos de Salinas (que, por lo visto,
vivían en la misma casa), José Lasaosa Mayner y Lázaro Lasaosa Castán; contrajeron
matrimonio con dos hermanas, Mª Antonia y Mª Rosa Gella López, que habían
llegado a Salinas provenientes de Arto. Las
hermanas estuvieron en la boda acompañadas por sus padres, Alexandro Gella y
María López; y actuaron como testigos un vecino de Salinas, Pascual Castán; y el
entonces cirujano del pueblo, Agustín Yriarte.
Tras la boda, las dos nuevas parejas siguieron compartiendo la casa.
Décadas después, ambos matrimonios (José y Mª Antonia; y Lázaro y Mª
Rosa) habían tenido ya descendencia, así que pactaron que sus respectivos hijos,
primos hermanos por parte de madre y primos segundos por parte de padre, contrajesen
matrimonio, solicitando para ello una dispensa.
Para comprender mejor el relato, explicamos que la “novia” de la nueva
boda en ciernes (que suponemos, poco habría opinado en esta historia), Mª
Bernarda Lasaosa Gella, era hija de José y Mª Antonia y había nacido el 3 de
enero de 1783, siendo bautizada por Antonio Lanzeta, natural de Bailo; y
actuando como padrinos Pascual y María Castán, también de Salinas y habitantes
entonces en Montañano.
Por su parte, el “novio” (que suponemos, habría pintado lo mismo que la
novia) Francisco Lasaosa Gella, era hijo de Lázaro y Mª Rosa y había nacido el
17 de febrero de 1787.
Puesto que ambos matrimonios ya vivían en “una misma casa y compañía” y deseando
los padres “que los bienes de aquel consorcio de ninguna manera se desmembrasen
sacando a cualquiera de los dos a casar fuera de la casa, trataron y
convinieron pareciéndoles lo mejor…”.
Vaya, que la mejor solución que encontraron para el mantenimiento de la Casa, fue este pacto. Por eso, a través de José Solana, vecino de
Larués, en 1807 hicieron llegar al rector de Salinas, Francisco Puente, 3270 reales
28 maravedíes de vellón, para la dispensa matrimonial a favor de Francisco y
Bernarda.
Pero los meses pasaron y el llamado “breve de dispensa” no llegaba, así
que los padres abandonaron la idea y tanto Bernarda como Francisco “se vieron
obligados a casarse” con otras personas.
Bernarda, por primogénita, fue nombrada heredera de la casa, casándose
el 22 de junio de 1812 con Juan Ramón Viñas.
Por su parte, su primo Francisco hizo lo propio con Joaquina Laín el 18
de febrero de 1819.
Las vidas prosiguieron para estas nuevas parejas, que probablemente
intentarían algo similar con sus descendientes.
Pero, de nuevo, os cuento una de estas pequeñas “historias de la Historia”, para ser
conscientes de las vicisitudes a las que tuvieron que hacer frente nuestros
antepasados para lograr mantener aquella vieja sociedad autárquica.
Cuantas historias de este tipo se podrían encontrar de aquella época, y mas cercanas a este recien salido sigloXX. Prim@s con prim@s, tí@s con sobri@s etc. Mi familia esta plagada de esos parentescos y raro es el pueblo que no haya historietas de esas.
ResponderEliminarAntes era mas difícil el ir a Cuba a por pareja, las distancias han cambiado con los nuevos medios de transporte. Me han contado que la abuela de mi mujer se fue a casas andando de Lanaja a Huesca, el novio acaballo en un burro y ella andando para no estropearse el vestido.
Buen trabajo
Un saludo
Andrés
Hola Andrés! :-)
EliminarMuy gráfico, lo de que antes era más difícil ir a Cuba.. Pero tienes toda la razón. Y sí sí, lo que pretendo mostrar es eso, que era más común de lo que nos parece. Tan cerca en el tiempo y tan lejano en el recuerdo...
Saludos y gracias por tu comentario!