In the naturehood
La primavera ha llegado a la ribera y los olmos, fresnos,
sauces y chopos han comenzado tímidamente a sacar sus hojas a la luz. Es un buen momento, con temperatura y luz
suaves y los pájaros cantando a todo tren, para introducir a nuestros pequeños
en la naturaleza.
Nos parezca bien o no, nuestra sociedad se vuelve cada vez más urbanita y la desconexión con el medio natural es cada vez mayor. Reconozco que la desvertebración del territorio en Aragón bate todos los récords. Casi podíamos llamarlo, al estilo de los lemas turísticos tan de moda, “Territorio invertebrado”.
Pero en todas partes cuecen habas, y la población tiende a concentrarse en las ciudades y a olvidar que, queramos o no, formamos parte de la naturaleza.
Nos parezca bien o no, nuestra sociedad se vuelve cada vez más urbanita y la desconexión con el medio natural es cada vez mayor. Reconozco que la desvertebración del territorio en Aragón bate todos los récords. Casi podíamos llamarlo, al estilo de los lemas turísticos tan de moda, “Territorio invertebrado”.
Pero en todas partes cuecen habas, y la población tiende a concentrarse en las ciudades y a olvidar que, queramos o no, formamos parte de la naturaleza.
Hay iniciativas en algunos países como “Discover the forest” o muchas otras, ligadas bajo el lema “In the naturehood”, para tratar de conectarnos al medio natural que tengamos más cercano y que nuestros pequeños lo sientan, al menos, tan suyo como lo sentíamos nosotros.
Tal vez los años nos hayan dejado una pátina de urbanita o
de seriedad, pero no es más que eso, una pátina. Rascadla e intentad ayudar a que la naturaleza penetre
en las nuevas generaciones por los cinco sentidos.
Tumbaos en la hierba para buscar tréboles de cuatro hojas, descubrid huellas en la orilla y contadles qué animales han podido ir a beber
ahí por la noche, sentaos en silencio entre los chopos para diferenciar el
canto de un carbonero del de un verdecillo o un mirlo, enseñad que las aliagas
pinchan y que el tomillo huele.
Tal vez no podamos disfrutar de ir al monte tanto como queremos,
pero con un mínimo de interés, podemos lograrlo. Tened por seguro que la naturaleza nos
devolverá con creces los cuidados.
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