Memento mori

Cuando se discute sobre la conveniencia de seguir el calendario de las vacunas o sobre temas de tratamientos homeopáticos y partos naturales varios, me da la impresión de que no se recuerda suficientemente de qué punto partíamos.

Es decir, parece que seguir los métodos que usaban nuestros abuelos nos acerca más a un mundo que consideramos más "natural".  Como si ellos hubiesen podido elegir otro método distinto del "natural".

Recuerdo que me contaban una historieta de un niño de Ayerbe de poco más de un año, que en torno a 1949 tuvo que ser tratado con penicilina.  Seguir el tratamiento no resultaba tan fácil como ahora, ya que tenían que guardar los frascos de penicilina en una frutería, donde tenían algo de hielo para conservar pescado.  Requería de muchos cuidados pero estaban contentos, porque en esa época era "lo último".


Anzánigo.  Dintel con la inscripción "Acuérdate de la muerte, buen christ(iano)"

Para tener un pequeño bosquejo de la situación de la época os voy a obsequiar con el "movimiento de población" que consta en un ejemplar del mes de agosto de 1884 del jacetano "El Pirineo Aragonés".  Os dejo la relación de fallecidos, con sus edades y causa de muerte:

Elisa Iguácel Guillén, 2 años, epilepsia.
Juana Blanzaco Pétriz, 63 años, congestión pulmonar.
Manuel Tomás Calvo, 8 meses, accidentes epilépticos.
José Villanúa Betrán, 4 años, fiebre nerviosa.
Juan Mayor Tesa, 3 meses, enteritis.
Gregoria Avellanas Marín, 14 meses, enteritis.
Froilana Larrosa Gracia, 37 años, tuberculosis pulmonar.
Salvador Soteras Sánchez, 75 años, inanición.
María Teresa González López, 61 años, absorción purulenta.
Francisco Campo Ferrer, 1 año, gastrocolitis.
Benita Campo Aso, 2 años, coqueluche.
Florentino Artal Castillo, 2 años, gastroenteritis.
Antonio Salguero Vázquez, un mes, enterocolitis.
Félix Puértolas Sanclemente, 2 años, enterocolitis.
Francisca Rodríguez Caudillo, 28 años, tisis tuberculosa.
Manuel Gracia Piedrafita, 33 años, mielitis aguda.
Tomas Izuel Bescós, 6 meses, diarrea biliosa.
Manuela Bartolomé Pueyo, 17 días, debilidad de nacimiento.
Emilio Lorenzo García, 25 años, tisis tuberculosa.
Engracia Jarne Benedé, 16 meses, accidentes epilépticos.
Valentín Izuel Bescós, 2 años, gastroenteritis.
Ricardo Revilla Vizcarra, 6 meses, coqueluche.
Benito Ibor Rabal, 7 meses, gastroenteritis.
Luis Perales Labayeu, 16 días, disentería.
Bernarda Cañardo Escartín, 1 año, enterorrea.
María Iguácel Laviña, 56 años, hidropesía.
Simona Abad Galligo, 2 años, enteritis.
Amado Jarne Rabal, 17 meses, gastroenteritis.

28 fallecidos, de los cuales, 20 eran niños de 4 años o menos.  En un rápido análisis vemos lo que nuestros abuelos nos contaron siempre, que "los calores", la canícula, ocasionaba siempre muchas diarreas entre la población infantil.  Por poner un ejemplo de la situación, pocos meses después, en diciembre de 1885, “El Pirineo Aragonés” nos volvía a contar: 
“Problemas de salud pública en algunos pueblos de la Canal de Berdún.  En Santa Engracia y Embún han ocurrido varios casos de cólera fulminante.  Los habitantes de la comarca se hallan de tal manera alarmados que hace unos días murió en Alastuey una joven y abandonado su cadáver, viéronse el cura y el sacristán obligados a conducirlo al cementerio”.   
 
Volviendo a nuestro listado, hay hasta 11 fallecidos por problemas digestivos varios.  Incluyendo los niños Tomás y Valentín Izuel Bescós, que con 6 meses y 2 años respectivamente, fallecieron de gastroenteritis con 2 días de diferencia (no lo incluyo en la lista, pero eran los días 20 y 22 de agosto).  ¿Serían hermanos estos dos pobretes?

También vemos tuberculosis, otra enfermedad que causó estragos hasta no hace tanto y que aquí ocasionó 3 fallecidos en un mes. Hay dos fallecidos por coqueluche (tosferina) y otras enfermedades como disentería, hidropesía, mielitis, etc.

Por último y aunque está claro que no conozco la materia, me parece identificar otras enfermedades de “cajón de sastre”, como 3 fallecidos por "epilepsia", 1 por "inanición", 1 por “fiebre nerviosa”, 1 por “debilidad de nacimiento”….
 
Pequeño y extraño ataúd conservado en el cementerio de Ena

En una sociedad en la que era tan común el contacto con la muerte, hasta las campanas tenían un “toque a mortichuelo”, específico para el fallecimiento de niños.  

Dejo aquí estos datos para el que los pueda usar, con una pequeña conclusión.  Lo que no acabo de entender es que, teniendo tan cercanas estas historias, hayamos olvidado algo por lo que suspiraban nuestros antepasados.  Alguien que nos ayudase, con garantías, a evitar un trance que, no por común, era menos doloroso. 

Comentarios

  1. Estupendo reportaje, qué bien haría la gente echando la vista atrás para rendir tributo a aquellos "paisanos", que viviendo en la práctica miseria, conservaron la dignidad. Qué mejor manera que apreciar lo que no hubo para disfrutar de lo que hay.
    Excelente.

    José Luis Albacar Ena.

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  2. Las personas que fallecieron eran de Jaca o de diversas localidades?

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    1. Hola Jose Luis,
      Cierto es. Con un poco de perspectiva se valora mejor lo que tenemos, que me parece que hay veces que se nos olvida.
      Y muy buena pregunta. Los datos los saqué del "movimiento de población" y estuve revisando varios ejemplares, para ver si era de Jaca o también poblaciones anexas. La verdad, no encontré el dato. El "Pirineo aragonés" era el periódico local de Jaca de la época, pero lógicamente hablaba bastante de localidades de la Jacetania. Por otra parte, Jaca no había absorbido el montón de núcleos que tiene hoy en día.... Pero no lo sé. Tampoco sé si el movimiento de población lo saca de datos de un hospital o de la iglesia... Si fuese del hospital podría ser de toda la Jacetania (que estuviesen ingresados ahí). si son datos de la iglesia, igual se refería únicamente a Jaca. Ya digo, yo creo que se refiere solo a Jaca, pero son solo especulaciones. Un cordial saludo, José Luis

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