El cementerio de Paternoy
Siempre he dicho que caminar por entre las casas espaldadas de un despoblado infunde respeto. Hay algo en el ambiente que casi te hace hablar en voz baja, como si no quisieras molestar. No digo nada ya cuando estás un rato en el cementerio de un despoblado.
Contemplaron como su familia tuvo que marchar, agobiada por un pueblo que veía como el mundo cambiaba mientras su lugar carecía de las infraestructuras más mínimas. Ni luz, ni agua ni una mísera pista para acceder. Curiosamente, las comunicaciones llegaron en cuanto ese lugar (como tantos otros) se despobló. Una vez vaciado el valle las nuevas pistas permitían entrar a los camiones que sacaban madera.
Lo digo para el que aún piense que las cosas suceden por casualidad.
Y aquí quedaron, Labarta, Giménez, Acín, Laín....vigilados por los mismos caxicos y montes que les vieron nacer. Seguro que esta noche de ánimas, mientras los nietos corren riendo nerviosos a su alrededor, alguien dirige sus pensamientos hacia este recoleto lugar, recordando alguna de las alegrías y cuitas que jalonaron su vida.
Como dice la última línea de "La lluvia amarilla": La noche queda para quien es.
Post-data: Hoy, fiesta de San Antón y mientras repasaba unos papeles sobre Paternoy, me he dado cuenta que este fin de semana eran fiestas en el pueblo. Que curioso....
Para cerrar la entrada os dejo la letra de una canción del gran José Antonio Labordeta, que parece hecha para un pequeño escrito como éste:
Al aire van los recuerdos
y a los ríos las nostalgias
A los barrancos hirientes
van las piedras de tus casas.
¿Quien te cerrará los ojos
tierra, cuando estés callada ?
En los muros crece hiedra
y en las plazas no hay solanas,
contra la lluvia y el viento
se golpean las ventanas.
¿Quien te cerrará los ojos
tierra, cuando estés callada?
Sólo quedan cementerios
con las tumbas amorradas,
a una Tierra, que los muertos
siguen teniendo por suya.
¿Quién te cerrará los ojos
tierra, cuando estés callada?
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