De la vida pastoril en el Valle de Jálama
Si existe un lugar donde conocer
auténticamente el sabor serrano y pastoril, ese es La Pastora, en la Sierra de Gata. Es un poblado de cabreros, conocido localmente como “La
Pastora” o “La Sierra” y conformado por casas y tenas (cobertizos para el ganado) diseminadas.
La Pastora, desde el camino a Eljas
Un antiguo asentamiento en el que la población, a principios del s.XX, aún debía rondar el centenar de personas. La economía, como no podía ser de otra forma, era de subsistencia y se basaba en los productos de los huertos que atendían las mujeres, la venta de leche y cabritos, huevos, etc. Y con respecto al resto, deficiencias en todos los aspectos: comunicaciones, asistencia sanitaria, etc.
Camino de La Pastora a San Martín de Trevejo
Oficialmente pertenece a Eljas, aunque sus habitantes tradicionalmente han tenido más relación con San Martín de Trevejo.
Por cierto que con respecto a esto, parece que siempre ha habido discusión entre ambos pueblos. Incluso el día de la Romería de la Divina Pastora, a la que acudían los lagarteirus (nombre de los habitantes de Eljas), mañegus (nombre de los habitantes de San Martín) y los propios habitantes de la Pastora; los lagarteros recitaban esta cantinela a los mañegos: “Mañegus a a laixa, a Santiña e nossa” (es decir, “mañegos, poneros debajo de la laja (una piedra grande) que la Santa es nuestra”).
Por cierto que con respecto a esto, parece que siempre ha habido discusión entre ambos pueblos. Incluso el día de la Romería de la Divina Pastora, a la que acudían los lagarteirus (nombre de los habitantes de Eljas), mañegus (nombre de los habitantes de San Martín) y los propios habitantes de la Pastora; los lagarteros recitaban esta cantinela a los mañegos: “Mañegus a a laixa, a Santiña e nossa” (es decir, “mañegos, poneros debajo de la laja (una piedra grande) que la Santa es nuestra”).
Roble melojo (Quercus pyrenaica, izquierda) y Rusco (Ruscus aculeatus, derecha)
Yo lo visité volviendo al pueblo desde As Torris, como ya comenté aquí. Bajamos por la ladera atravesando las escoberas (Retama o Cytisus) y, llegando a uno de los apriscos de este poblado, encontramos sentado debajo de un barroco (bolo de granito) a Tomás de tíu Adón, uno de sus habitantes.
El camino está bastante resguardado del sol
Tomás
nos acompañó andando a San Martín, amenizándonos el trayecto con historias de
contrabando. Y digo amenizando porque la manera tan expresiva de
contar las anécdotas te hace esbozar sonrisas, casi
olvidando que, en realidad, estás hablando de hambre y represión.
Chozo a pie del camino
Historias en las que, por no perder un
fardo, se enfrentaban a una escopeta o se jugaban el tipo saltando por
un cortado. Y muchas veces era eso o ser llevados al Cuartel de la
Guardia Civil, en unos tiempos en los que ser llevado al Cuartel no era lo mismo que ahora.
El trayecto que seguimos nosotros es el que tradicionalmente han usado en la Pastora para ir a hacer sus compras o a hacer algo de vida social, es decir, unos tres cuartos de hora caminando por un bosque de robles, que finalmente cruza un arroyo y llega al Convento, en la parte baja del pueblo, conocida como "el Fuerte".
El trayecto que seguimos nosotros es el que tradicionalmente han usado en la Pastora para ir a hacer sus compras o a hacer algo de vida social, es decir, unos tres cuartos de hora caminando por un bosque de robles, que finalmente cruza un arroyo y llega al Convento, en la parte baja del pueblo, conocida como "el Fuerte".
Es un camino que a cualquier turista le puede parecer bucólico, pero que realmente te hace comprender como son y habrán sido las condiciones de vida en este lugar.
Vivienda pastoril de reminiscencia celta
Pasando por el camino (en realidad hay distintos caminos, según el desvío que cojamos desde la carretera que les construyeron y que baja hacia Eljas) que seguían en la romería, veréis un chozo.
Los chozos, llamados en mañego chozus, son viviendas pastoriles de muy antiguo origen. Los pueblos prerromanos que ocupaban estas tierras eran los vetones y usaban como vivienda unos castros muy similares a los actuales chozos, por lo que tradicionalmente se ha considerado éste su origen.
Chozo en la ladera de Jálama
Se construían con bloques de granito, tanto las paredes como la cúpula. Una vez cerrada la cúpula, se cubría con escoberas y se recubrían éstas con tierra. La lluvia hará crecer la hierba y el musgo en la tierra, por lo que el chozo quedaba impermeabilizado.
Los chozos han permanecido en uso hasta hace pocos años. En las zonas de huertas se empleaban como caseta para guardar herramientas o para dormir si tocaba regar por la noche; y en las zonas de mallás (majadas o malladas) se empleaban como vivienda habitual de largas temporadas para el gañán. Los chozos más grandes, los llamados chafurdones, eran usados como vivienda en la temporada de la aceituna, para los jornaleros que venían de Portugal o Castilla (Navasfrías, El Payo, etc)
Bonitas construcciones, totalmente integradas en el terreno
Por
cierto, un par de aclaraciones. Por "gañán" en la actualidad todo el
mundo entiende lo mismo; pero antiguamente un gañán no era más que el
habitante de una gañanía, es decir, una pequeña alquería. También eran
denominados gañanes los pastores o los jornaleros.
Precioso roble (Quercus pyrenaica) en la entrada de una finca particular
Con respecto a los chafurdones
o zahurdones, nuevamente le hemos dado un sentido peyorativo, porque si
consultáis en el DRAE "zahúrda" figura como "pocilga", pero (al menos
en esta zona), un zahurdón es un chozo grande.
San
Martín de Trevejo tiene censados en su término 95 chozos y las fotos
corresponden a chozos no de este camino sino de distintos parajes, de
algún otro día caminando hacia Santa Clara o Los Ameales (en Gredos y Gata, un ameal es un estilo de almacenar la paja, para henificar)
Como veis, mucha riqueza en nuestra lengua que no debemos perder..
Grandes alcornoques por el camino
En el plano botánico, además de las vistas en Las Torres de Hernán Centeno, encontramos muchas curiosas especies.
Paisajes bucólicos
Predomina Quercus pyrenaica, que aquí es el único roble existente, por lo que no se llaman melojos o rebollos, sino simplemente robles.
Gleditsia triacanthos, la acacia de tres espinas. Hasta aquí llegan las plantas invasoras
Pero también encontraremos bonitos
ejemplares de alcornoque y numerosos arbustos de todo tipo de ambientes,
ya que como he comentado, cruzamos un arroyo, pasamos por un bosquete y
salimos a una solana (ya en la carretera que llega a La Pastora).
Phytolacca americana, planta invasora de zonas húmedas
Por cierto, una planta curiosa que vi por varios sitios fue la Fitolaca americana. Es una especie invasora, procedente de norteamerica, muy vistosa y que se usaba para teñir (gracias a Alicia Cirujeda, investigadora del CITA, por su rapidez (más bien inmediatez) en identificarla).
En cuanto a la ermita de la Divina Pastora, fue construida a principios del s.XX a
instancias de Monseñor Eusebio Obregón Baile, natural de Villamiel y cura de
Eljas (en algunas guías consta
erróneamente como s.XVIII)
Ermita de la Divina Pastora, al pie de un gran castaño
Es un
edificio humilde, con paredes de mampostería y techumbre de
madera. La talla de la
Virgen, Divina Pastora, debe ser de alrededor del s.XVII; tocada con
sombrero de pastora y cuatro ovejas y corderos a izquierda y derecha.
Viviendas y tenas de la Pastora
En la construcción de dicha ermita colaboraron los habitantes de La Pastora, acarreando
la piedra para la mampostería, yendo a buscar las arrobas
de cal para la argamasa, las vigas y tejas para la techumbre, etc.
Como veis, hay muchos temas sobre los que hablar, siendo un territorio tan reducido; y hay muchas historias que escuchar, siendo una población tan reducida.
Como veis, hay muchos temas sobre los que hablar, siendo un territorio tan reducido; y hay muchas historias que escuchar, siendo una población tan reducida.
Fajas exiguas entre el berrocal de granito
Una de las razones (una de tantas) por la que
me gusta hablar con estos pastores es por la riqueza del lenguaje
describiendo el entorno. Ellos te hablan de veredas, vaguadas, robles, fresnos…
es decir, que llaman a cada cosa por su nombre.
Porque siempre pienso que hemos perdido tanto el contacto con la naturaleza que hemos olvidado hasta el nombre de las cosas.
Porque siempre pienso que hemos perdido tanto el contacto con la naturaleza que hemos olvidado hasta el nombre de las cosas.
Apriscos frente a la inmensidad de las laderas de Jálama
Rufina Báscones Rolán, mi tatarabuela.
Estos eslóganes de "la granja a la mesa" son menos modernos de lo que pensamos.
Donde unos ven plantas otros ven olmos, castaños, piornos o brezos.
Y donde unos ven por caminos, otros hablan de cañadas, cordeles, veredas, trochas, caminos de herradura, tiraderas.....
Y esto es lo que, a la postre, os quería transmitir: cuanto mejor comprendamos el entorno, más enriquecedoras serán nuestras experiencias en la naturaleza y mejor podremos describirlas.
Y donde unos ven por caminos, otros hablan de cañadas, cordeles, veredas, trochas, caminos de herradura, tiraderas.....
Y esto es lo que, a la postre, os quería transmitir: cuanto mejor comprendamos el entorno, más enriquecedoras serán nuestras experiencias en la naturaleza y mejor podremos describirlas.
Rufina Báscones Rolán, mi tatarabuela.
Estos eslóganes de "la granja a la mesa" son menos modernos de lo que pensamos.
Hola Oscar, hace unos meses nos esribías; http://rinconesnaturalessuroestesalmantino.blogspot.com.es/2010/12/subida-al-pico-jalama-en-la-sierra-de.html ya siento verlo tarde, pero a partir de ahora te seguiremos en tus aventuras. Conocemos bien la zona de San Martín, además de algunas personas.
ResponderEliminarSaludos
Hola! Pues encantado de que no hayáis perdido la buena costumbre de escribir en el blog! Preciosa zona esta sierra, tanto la cara sur como la norte. Así aprendemos entre todos. Un cordial saludo!
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