Hippophae rhamnoides. Un triste testigo que nunca engañó.
Una ruta más que asequible para un día en familia es la subida al Ibón de Piedrafita, en el Valle de Tena (Pirineo oscense). Hace poco estuve pasando el día por la zona y me topé con una planta de la que había oído hablar mucho.
Se trata de Hippophae rhamnoides, el espino amarillo. Una planta de la familia de las eleagnáceas, es decir, pariente de Eleagnus angustifolia, un árbol muy usado en jardinería y que ha acabado siendo "invasor" en bosques riparios del centro peninsular.
Hippophae rhamnoides en su ambiente
Nuestro
arto (o espino) es una planta muy habitual en Europa pero muy rara en la
Península Ibérica. De hecho, solo se conoce en el Pirineo; y dentro
de éste, únicamente en la Cuenca del Gállego y zonas adyacentes.
Es
más, dentro de esta área tan reducida, únicamente podremos encontrar
esta planta en suelos inestables de torrenteras, ya que éste es su hábitat.
Aquillegia vulgaris, una preciosa ranunculácea
Esta
planta la había oído nombrar cuando sucedió la Tragedia del Camping de
Biescas, ya que se dijo que el eminente botánico Pedro Montserrat, en un
informe de 1987, avisó de la existencia de Hippophae rhamnoides en la ubicación del tristemente famoso camping.
Aspecto del arbusto
En el informe añadía que esta planta "compite con las sargas y rosales, penetrando en los conos de barrancos
laterales como el de Arás. Es mata de mal agüero, de ambiente
torrencial, de rambla indómita que algún día volverá por sus fueros;
quisiera ser mal profeta".
Los bucólicos torrentes de alta montaña pueden transformarse en pocos minutos
Leerlo ahora pone los pelos de punta, pero el caso es que escrito estaba.
La
tragedia de Biescas es una de esas típicas fechas que todo el mundo
recuerda donde estaba o qué estaba haciendo, o al menos eso se me antoja
a mi. Recuerdo que estaba el cielo negro, tronando sin parar y pensé
"la que estará cayendo en la montaña...".
Arremolinados al borde de los cantiles calizos encontramos a los pinos negros
Al
rato se empezó a correr la noticia, por compañeros que estaban entonces
en la Cruz Roja, que habían empezado a subir todos a Biescas. En pocas palabras, el 7 de agosto de 1996, una tormenta descargó en pocos minutos más de 200 mm sobre la cabecera del barranco de Arás. La gran intensidad impidió que el terreno pudiera infiltrar, por lo que prácticamente toda la lluvia se transformó en escorrentía. Toda esa agua provocó la rotura de casi 40 presas de retención de sedimentos que había diseminadas por la montaña y el resultado fue una inmensa riada de 130.000 toneladas de lodo y rocas, que se llevó por delante la vida de 87 personas.
Quiero
únicamente presentaros al espino amarillo porque no quiero rememorar
algo sobre lo que ya se habrán escrito ríos de tinta; aunque por otra
parte, siempre tengo la impresión de que no aprendemos de los errores.
Lo digo pensando en temas como el recrecimiento de Yesa y similares.
A la izquierda trazado del Torrente de Arás antes de la tragedia. A la derecha encauzamiento nuevo.
Foto extraída del blog "Esmemoriáus".
Foto extraída del blog "Esmemoriáus".
A nuestro Hippophae rhamnoides, testigo triste de todo aquello, lo seguimos encontrando en los mismos sitios. Yo al menos me lo encontré donde se supone que hay que encontrarlo, al lado de un torrente que baja del ibón de Piedrafita.
Es una planta muy poco habitual, aunque últimamente se le ha encontrado un curioso uso. Sus pequeños frutos son usados para alimentar a los salmones de vivero, ya que así el salmón coge el color rosado habitual en los salmones salvajes, y que de otra manera el de vivero no adquiriría.
Sinceramente, lo único que he deducido de todas estas historias, es que la que nunca nos engañará es la planta.
Bonitas aguas del Ibón de Piedrafita
A mi la movida de Biescas me pilló dentro del barranco de Escarrilla con 20 clientes... imagínate.... y los cuatro días siguientes fueron para olvidar (aunque no se olvidarán nunca)
ResponderEliminarRespecto al arto amarillo, decirte que, como seguramente sabrás, es una especie dioica y, obviamente, solo las hembras darán esos frutos de los que desconocía tan peculiar uso. Si te sirve, yo me los como y hasta me parecen buenos aunque te hacen guiñar el ojo por lo amargos que son... eso sí, los catarros y gripes me resbalan hace muchísimos años.
Saludos, majo.
Ah, pues no conocía yo los usos medicinales del arto, no... Lo del salmón lo cuenta en un libro Ginés López, del CSIC (que no lo digo yo, eh?) :-)
EliminarPues si aquel día en Huesca y Ayerbe estaba negro negro, y venga a tronar y llover, no me imagino el buen ambiente que habría dentro de un barranco en Escarrilla. Aquel día se convertirían al catolicismo tus 20 clientes.. :-) saludos!