El Señorío de Bertiz

Planeando una excursión familiar encontré un lugar en el que, creo, podemos disfrutar todos.  Un rincón inesperado que descubrí hace un tiempo en el valle navarro de Baztán.

Los viajes con pequeños sirven para conocer lo que en potencia puede ofrecernos un territorio, más que para exprimirlo al máximo; así que os expongo lo que vi, por si os puede aportar alguna idea.

Jardín botánico de Bertiz

El Señorío de Bertiz fue una finca privada desde antes del s.XIV hasta 1949, cuando su último propietario lo cedió a la Diputación Foral de Navarra.  Hoy en día es un Parque Natural, en el que tenemos la parte lúdica de niños/mayores, que incluye un impresionante y antiguo Jardín Botánico; y más de 2.000 Has de bosque atlántico.

Cedro declarado Monumento Natural de Navarra

Para comprender la vegetación que podemos llegar a encontrar hay que entender que el bosque se extiende sobre un sustrato principalmente silíceo (pizarras, esquistos, etc); en un clima con una precipitación de 2.000 litros/año, a los que sumar la importancia de la precipitación horizontal, es decir, las nieblas casi perpetuas de muchas zonas.

Didáctico y bonito lugar para pasar una mañana

Hay más de 1600 Has de hayedo acidófilo, en muchas zonas con una complejidad comparable a la de los bosques denominados "old-growth" (es decir, que llevan muchísimo tiempo sin apenas perturbaciones; ya hablamos de las características de estos bosques aquí).  

Sequoias, cipreses de los pantanos...la lista de árboles monumentales es impresionante

Lógicamente, en la época que la finca fue privada, hubo aprovechamientos, que se reflejan en las hayas trasmochas que encontraremos.  El uso mayoritario era el carboneo, lo que explica la gran cantidad de pequeñas plataformas que hay por el monte, donde se quemaba la madera.  Las pocas especies (escasas también en número de pies) que acompañan a este hayedo son tejos, acebos, avellanos y serbales (Sorbus aria).  

En el sotobosque, las especies son las típicas de los hayedos acidófilos, como arándanos, Ranunculus nemorosus, Dryopteris filix-mas y un largo etcétera.

Helechos epífitos sobre un roble

Y en la parte baja de la Reserva encontramos robledales acidófilos, bien de roble común, bien de roble albar (Quercus petraea).  Estos robledales también fueron muy explotados en su día, destacando los más de 19.000 robles talados para la reconstrucción de San Sebastián en el s.XIX.  Como consecuencia de ello, es posible encontrar robles de gran porte dispersos, aunque lo habitual no son los grandes pies.

Precioso y frondoso roble

A diferencia de las hayas, los robles admiten más compañía, por lo que veremos fresnos, arces, avellanos, abedules y castaños (o incluso Quercus pyrenaica en las solanas más secas); acompañados de rico sotobosque.

Lengua de ciervo (Phyllitis scolopendrium)

Además, toda esta precipitación hace que por todas partes corran numerosos arroyos ("regatas" las llaman aquí) que bajan hacia el río y donde, por si no teníamos suficiente, se extienden las alisedas (Alnus glutinosa), acompañadas de olmo de montaña, fresno de montaña, avellanos, más de 100 especies de musgos y hepáticas, 35 especies distintas de helechos (la mitad de los taxones presentes en Navarra están en Bertiz) o más de 350 especies de hongos ¿alguien da mas?

El río Baztán a su paso por Elizondo

No en vano, es en Bertiz donde el río Baztán cambia su nombre por Bidasoa.  Una vez que visitas estos parajes comprendes la rica mitología de la zona y la creencia local en lamias y otros bonitos seres.

Casas de Elizondo

El hecho de que haya tantas zonas en Navarra y País Vasco con hayedos y que el euskera no tuviese una palabra específica para ello (es decir, que ha adaptado un latinismo), siempre me ha hecho pensar que no sería un árbol habitual aquí (bueno, es una idea mía, si alguien me puede comentar algo más fundado, lo agradeceré).

Casas señoriales en Irurita

No obstante, los robledales debieron cubrir importantísimas extensiones antaño.  Plinio (si no me equivoco, era él) escribía que los pueblos del norte penínsular se alimentaban principalmente de bellotas.  Supongo que depende de la zona, serían robles o serían encinas, pero la base de la alimentación era todo tipo de comidas hechas con bellotas.

Bera de Bidasosa

Las actividades a realizar por la zona, además de visitar Bertiz, pueden ser infinitas.

Para los más tranquilos, la Vía verde del Bidasoa.
Y para los que tengáis más tiempo (y fuerza) para conocer estos preciosos montes, también existe la Ruta de los Contrabandistas.

Ya tenéis otra idea para esta primavera....

Bonitos colores de los pimientos de Ezpeleta, en San Juan de Luz

Comentarios

  1. Saltando desde el inmejorable blog de Almanaque natural, llego aquí para encontrar mi próximo destino. Si tenía alguna duda, se disipó: debo visitar el señorío de Bertiz. Enhorabuena por la entrada!

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    1. Hola Javier! Tienes razón, Almanaque natural es inmejorable, en conocimientos y en fotos. Y Navarra yo diría que también es inmejorable. El verdor de ese valle hay que disfrutarlo al menos una vez. Saludos y agradecido de tus cumplidos. A disfrutar del camino!

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  2. En este precioso blog he encontrado unas maravillosas fotos y muy buena explicación de un lugar del Valle del Baztan que he visitado no hace mucho que me ha encantado.

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    1. Muchas gracias! Es fácil sacar fotos bonitas en Bertiz! 😉 Me alegro que te haya gustado... gracias de nuevo por tu comentario.

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