Sandiás (Huesca)
Lat.
42º26'18"N. Long: 0º16'04"W. Alt: 1.145 mts
Siguiendo con aldeas que me han atraído especialmente a una visita, hoy os voy a hablar de Sandiás. Una mujer muy querida por mi, contándome historias de sus antepasados, me comentaba que su apellido, Blasco, procedía “de una pardina de la montaña”. Y sí, un día leyendo encontré que esa “pardina” no era otra cosa que Sandiás, en
Encontrar el pueblo se convirtió en una
especie de obsesión, porque no había manera de llegar. Hice un primer
intento en BTT desde Ipiés, ya que en los mapas aparece un camino que va
a enlazar con la parte alta de la Sierra del Portiello,
en la divisoria entre la Guarguera y
Ballibasa. Como iba solo (cosa que por supuesto, no recomiendo hacer) y
no veía nada claro el camino, me acabé dando media vuelta y cambiando
la ruta.
Parroquial de Artosilla. Al fondo, Sandiás
La segunda vez probé con una travesía
circular desde la carretera de la Guarguera , en el
cruce de Abenilla, también en BTT y siguiendo un camino marcado en los
mapas como ciclable. A 43ºC ,
sin agua y por caminos comidos por la vegetación; acabó siendo una
travesía horrible de más de 6 horas, incluyendo tres pinchazos. Total
que ni siquiera recuerdo pasar por Sandiás. Llegué como pude a
Ceresola, donde nos debimos beber más de la mitad de una balsa que
había, y de ahí vuelta al cruce de Abenilla.
Por fin, mi recomendación. Mi tercer
intento, esta vez exitoso, desde Artosilla. La verdad es que yendo solo
y en invierno es como da una sensación mayor de aislamiento. En esa
atmósfera tan sugerente, un relativamente corto paseo entre quejigos y
pinos nos deja en Sandiás.
Cara Norte de Guara, en el camino a Sandiás
Por si os decidis a probar, os cuento algo de este lugar, del que no he logrado encontrar casi documentación.
La pequeña aldea de Sandiás tenia un
fuego (es decir, una casa) en 1495, del que era titular Martín Arruego, y
fue siempre lugar de señorío (es decir, que no era propiedad del Rey),
sin rebasar, salvo algún periodo excepcional en los inicios y finales
del XVIII, los tres fuegos.
Esas tres casas eran: Escartín, Blasco
y los de Batanero del Puente, existiendo además una pequeña y
bonita Iglesia, construída en el s.XVIII bajo la advocación de San
Lorenzo.
Iglesia de San Lorenzo, en Sandiás
- Los Escartín: Provinientes
directamente del lugar de Escartín, vinieron a Sandiás y construyeron
en la parte más alta del pueblo un palacio fortificado, con una elevada
torre en su centro y rodeado de una muralla, en cuya fachada principal
se exhibían sus Armas.
Fueron Señores de la
cercana Pardina de Santa María de Pérula, designando ellos su Alcalde. Esta rama de los Escartín se diseminó
desde aquí a Aineto, Solanilla y Fañanás.
- Los Blasco: En este caso encontré una
inesperada historia: El privilegio de Blasco de Sandiás.
Esta historia tiene que ver con la
famosa Romería serrablesa a Santa Orosia, ya que Casa Blasco de Sandiás
era el representante de los pueblos de la Guarguera en esta
Romería.
Yebra de Basa otorgó el siguiente
privilegio: Si en los pueblos de la Guarguera una chica
soltera tenía un hijo y ella moría, el amo de Casa Blasco de Sandiás
tenía que encargarse de que esa criatura no quedase abandonada. Debía
procurarle una familia para que lo criase hasta que fuese mayor de edad.
Y por si fuera poco, el día de los Reyes Magos, Blasco de Sandiás debía
llevarle un obsequio.
Todos los años, el día de Santa Orosia,
Blasco de Sandiás pasaba cuenta de sus gastos a los de Yebra y éstos
pagaban la factura con los fondos obtenidos durante la veneración de la Cabeza de la
Santa (cuyas reliquias son llevadas a dicha ermita en la Romería ) en Puerto.
Hay que tener en cuenta que la Guarguera fue una
comarca especialmente fecunda en hijos naturales (concebidos fuera del
matrimonio). Los padres solían permanecer en el anonimato y quienes
sufrían el problema eran las criadas, sirvientas y otras mozas solteras.
- Los de Batanero del Puente: No tengo
información respecto a esta casa pero supongo que se refiere a que
pasaron más tarde a residir a “Casa Batanero” del Puente de Sabiñánigo.
Actualmente esta Casa ha sido arreglada y transformada en el precioso
Museo Angel Orensanz, que sigue en el Puente esperando una visita.
Museo Angel Orensanz, en Puente de Sabiñánigo
Otra historia muy auténtica de cómo funcionaban las cosas en aquellas épocas es una anécdota acaecida en San Felices de Guarga, una pardina cercana; que acabó siendo vendida por su propietario, el infanzón Pedro Villacampa de Laguarta, a doña Francisca de Gurrea y Cerdán, Señora de las Baronías de Argavieso y Arbaniés, por la cantidad de 8.400 sueldos jaqueses.
En la toma de posesión por parte de un
representante de la nueva propietaria, y según consta en el Archivo
Histórico Provincial de Huesca, caminando por el terreno de dicha
Pardina, se halló a Martín Santa Olaria, vecino de Sandiás, que estaba allí cortando un pino, al
que dijo que “por haber sido hallado en tal maleficio, le prendía, en
nombre de su dueña, y procedió a su apresamiento, condenándole, por el
daño realizado, a pagar la cantidad de sesenta sueldos jaqueses y un mes
de destierro con conminación de seis, de no cumplirlo”.
Sandiás tuvo Ayuntamiento propio entre
1832 y 1845 en que se unió al de Ordovés y Alavés.
En 1890, me constan viviendo en Sandiás (los datos son de Censo Electoral, por lo que solo aparecen varones mayores de 25 años y muchas veces con edades erróneas):
- Ramón Blasco Lacasa, de 76 años; y
- Cosme Blasco Castán, de 30 años, (ambos en la calle San Lorenzo, 1); y
- Tomás Jabierre Cadena, de 66 años, en la calle San Lorenzo, 2.
En 1890, me constan viviendo en Sandiás (los datos son de Censo Electoral, por lo que solo aparecen varones mayores de 25 años y muchas veces con edades erróneas):
- Ramón Blasco Lacasa, de 76 años; y
- Cosme Blasco Castán, de 30 años, (ambos en la calle San Lorenzo, 1); y
- Tomás Jabierre Cadena, de 66 años, en la calle San Lorenzo, 2.
Ya en la Guerra Civil , el
Gállego dividía las zonas Republicana y Nacional, por lo que la práctica
totalidad de los pueblos de la Guarguera y
Galliguera quedó destruída. Los campos fueron arrasados, las casas
saqueadas, los templos profanados e incendiados. Al finalizar la Guerra , el Patrimonio
Forestal del Estado se hizo cargo de buena parte de los montes, con su
pueblos incluídos. Sandiás, en 1960 y ya despoblada, pasó a pertenecer a
Sabiñánigo.
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